11 jul 2015

EL BARCO DE MIS SUEÑOS


SUEÑOS NO RECORDADOS
Las olas de mi mar me acunan en mis sueños, 
cuando estoy sentado frente al mar 
en la bocana del puerto.

Mirando al mar yo pienso, 
en los sueños ya soñados, 
en esos viejos recuerdos. 
Recuerdos ya olvidados.
Recuerdos, de tiempos ya muy lejanos, 
que fueron muy buenos tiempos,
aunque tiempos ya pasados.

El mar se balancea, el mar viene y se va, 
el mar impenitente golpea y golpea 
queriendo traspasar el muro del rompeolas 
que no dejara pasar a las obstinadas olas 
de este mi vasto mar que sueña con caracolas.

El tiempo se desliza por el reloj colgado 
de la torre del puerto amiga de marineros y barcos.
Esa torre tan alta que mira siempre hacia el mar 
para ver en la bocana a los barcos 
que salen o vuelven de alta mar.

Yo estoy aletargado vagando por mis recuerdos,
por mis recuerdos, los recuerdos olvidados, 
por los sueños que he soñado, los sueños 
que no recuerdo.

El grito de una gaviota me saca de mis sueños.
Un barco blanco y azul con un casco los marineros,
con sus grandes chimeneas que hoy se visten de negro. 
El barco va cruzando la bocana de mi puerto.
En su pulida cubierta faenan marineros, 
y unas manos firmes, marcan el rumbo perfecto.

Tras el barco una estela de espuma blanca,
se abre mirando al azul cielo, 
y la tierra se le acerca, el mar se ve a lo lejos.

El surco de espuma blanca en el mar se va esparciendo, 
lo mismos que mis sueños, que cuando yo me despierto 
ya se me han olvidado y nunca sé, si yo sueño.

Los sueños que yo soñé, son sueños ya olvidados, 
yo no quiero hoy soñar los sueños que nunca más 
serán sueños, que yo podré recordar.

El barco ya quedó en un noray amarrado 
y su casco meciéndose por las olas acunado.
Los marineros en tierra se alejan de él silbando,
nunca miran hacia atrás, el barco los estará esperando.

Mis sueños son como un barco, que cruza el ancho mar 
dejando tras sí un surco de espuma y de coral. 
El surco es tan efímero, que como viene se va.

Cuando yo sueño, abro surcos en mi mar 
y cuando yo me despierto, esos surcos ya no están.

El barco de mis sueños también está amarrado 
en el noray de mi puerto y se está balanceado 
en las olas de mis sueños.

El barco de mis sueños hoy se mece aburrido
no sale a navegar, está él medio dormido 
y no quiere despertar sin sus sueños tan queridos.



1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Hola mi querido amigo:

Es bueno recordar. Pero es bueno vivir el hoy, no el ayer, tampoco el mañana. Es el hoy el que nos puede dar paz, felicidad, tranquilidad, para virar el pasado, sin pena y esperar el mañana, con ilusión.

Un gran abrazo, de tu amiga, Eva