16 oct 2015

LLUVIA DE OTOÑO

CAE LENTAMENTE...
…la lluvia en esa tarde silente
en que los campos están solos
las calles, ausentes de gentes

Sentí la lluvia besando
cada palmo de mi cara, 
mis ropas salpicadas,
mis pies van desalojando 
el agua que está estancada.

La suave lluvia caía lentamente,
la lluvia, es mi amiga
mi compañera del alma.

La lluvia cae lánguidamente
y apaciblemente descansa
en las hojas de los robles,
y de las frondosas hayas.
Los caminos y senderos
con la lluvia lavan su cara.

Sentí la lluvia caer
golpeando en mi cara
y en el ambiente respiro
olor a tierra mojada
que embriaga mis sentidos
y trae el ánimo a mi alma.

Las aves del paraíso
se posaban en las ramas
y de la lluvia obstinada
que el ambiente abrumaba
sus alas ellas resguardan.

La lluvia es amiga mía,
la lluvia es; mi compañera
de mil y una jornada,
impenitente y perpetua
junto a mi ella cabalga.

Un furtivo rayo de sol
se filtró entre dos nubes 
que ignorantes jugaban
y le dio a aquella tarde
la luz que a ella le falta.

La tarde es obscura y gris,
sobre los campos sedientos
la lluvia cae lentamente
mojando al caminante
irrigando tierras secas,
tierras pardas y ardientes.
Son tierras de sementeras
donde el arado penetra
en su epidermis reseca.

Los arroyos gritan, rugen… 
es la voz de su corriente 
y sus aguas ayer quietas, 
cristalinas y silentes, 
hoy son turbias y emergentes.

Lluvia amiga, cuanto te aman 
y a la vez a ti te temen la gente.

1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Querido amigo:

El otoño es muy hermoso y la lluvia, cuando es dulce y suave, es una caricia.

El perfume de tierra mojada, de césped recién cortado. Es la fragancia más embriagadora que existe.

El sonido que hacen las aves sacudiendo su plumaje mojado y ese canto de protección que emiten, llamando a sus críos, para protegerlos del frío. Es una dulce melodía, que nos hace soñar y suspirar. Es algo tan hermoso, que solo Dios, lo pudo y puede crear.

Me gusta. Que sepas gozar de la naturaleza y también, del paisaje citadino. Que juegues con la lluvia como un chiquillo y luego, como yo, nos aguantemos, un buen resfriado.

Un gran abrazo de tu amiga de siempre, Eva.