...SUAVIZAN
TU AUSENCIA.
He
recorridos los senderos
por
el que un día tú y yo
juntos
caminamos
y
me senté bajo el árbol
donde
tú y yo nos sentábamos.
Ese
árbol nuestro amigo
nuestro
más fiel confidente.
Ese
árbol que sabe de nuestro amor,
de
todos nuestro cariño,
de
nuestras dulces pasiones
y
de nuestras ilusiones.
A
ese árbol le dijimos
lo
mucho que nos queríamos,
nuestros
secretos más íntimos
y
con él también compartimos
nuestras
penas y nuestros júbilos.
Y
yo seguí caminando
por
el camino de la vida
y
bebí de aquella fuente
donde
tú siempre bebías.
Sus
aguas nunca calmaron
la
sed que de amor tenías.
No
fue culpa de sus aguas.
Quizás
la culpa era mía,
que
no supe yo amarte
como
tú te merecías.
Tú
te fuiste cuando cayó
la
hoja del almanaque
que
marcó el fin de tus días
y
yo me quede en el mundo
siguiendo
sin ti mi vida,
con
un dolor tan profundo
que
solo lo suavizo los recuerdos.
Recuerdos,
que contigo compartía.
Hoy
de nuevo yo recorro
el
sendero de nuestras vidas
y
me senté en la piedra
donde
tú siempre lo hacías
y
no es que yo esté cansado
de
andar solo por la vida,
es
que yo siento tu ausencia,
como una pesada losa en mi vida
como una pesada losa en mi vida
desde
el día de tu partida.
Quizás
cuando ella venga,
con
el silencio y la paz
que
con ella siempre caminan.
Quizás
cuando ella llegue,
cuando
llegue ese día
yo
la estaré esperando
con
la serenidad debida
y
con ella yo me iré
esperando
encontrarte
y
poder juntos seguir,
seguir
juntos caminado.
Mientras
espero que llegue,
que
llegue pronto ese día.
En
esa tan dura espera,
yo
seguiré caminando
por
esos dulces recuerdos
que
un día fuimos guardando
para
hacer más llevadero
el
vacío que uno deja.
Tus
recuerdo me dan fuerza
para
seguir caminando,
en
tu ausencia.
1 comentario:
Querido amigo:
Esta poesía es tan hermosa, como las anteriores. Se percibe un halo de tristeza o de culpas por algo que paso. Quizás, sin esperarse, sin buscarlo. Pero que llegó.
Cuando alguien sale de nuestra vida, porque ya es su hora de partir, se le tiene que dejar ir, y ¡Vivir! Ser feliz y volver amar, en su nombre.
Cuando son otros los motivos de la separación, se puede buscar soluciones y si no las hay, solo se debe recordar lo bueno y perdonar lo malo y nada más.
No estés triste, mi querido amigo. ¡Ya llego la primavera! Se feliz y ama, porque tú sabes, que eres amado.
Un abrazo mi querido amigo, como siempre, de tu amiga, Eva
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