... Y YO TE ESPERO.
Esperé impaciente tu llegada,
esperé soportando la lluvia
que caía suavemente
sin prisa, pero sin pausa,
en calma.
Como llueve
en primavera
cuando ya esta se marcha.
Tranquila, suave, sin avisar,
en calma.
Llueve y llueve, y yo te espero,
espero a que tú llegues.
Espero bajo el paraguas,
esperando veo a la gente que pasa,
contemplo como desaguan
los charcos que las calles
completaban.
Un tranvía pasa y con su ruido
de
mis pensamientos me saca.
La tarde se hace larga, se dilata
y la lluvia poco
a poco
con calma hace correr el agua.
Un autobús se detiene en su parada,
la gente sube y baja, mas
tú en él,
tú en él no, no vienes.
La tarde abandona el día
y la noche
se acerca
sin decir nada,
camina con mucho ímpetu
todo lo cubre, todo lo tapa,
con su capa de silencio y de calma.
Otro tranvía se aleja calle abajo,
con su traca,
traca, traca...
Las farolas ya se encienden
las gotas de lluvia
en la luz de la farola cabalgan.
Las horas pasan y tú no llegas
y yo te espero, sin impaciencia,
espero, a que llegues a deshora.
Otro autobús llega,
se detiene en su parada,
las gentes suben,
bajan
y después se alejan,
sin decirse nada.
Sigo esperando y tú no llegas,
la
noche avanza y la lluvia
cae monótona e incansable.
La lluvia cae, cae, cae...
corre la calle abajo, no se detiene
nada le importa ni la entretiene.
Más tú no llegas y yo te espero
en tu parada, la lluvia cae.
Es ya noche, noche cerrada
y tú no llegas y tú no vienes.
Algo me dices que tú hoy tampoco vendrás
y pienso, que algo te atrapa y te demora.
Sigo esperando y por la acera
veo paraguas que van y vienen
mientras contemplo la lluvia caer,
pausadamente, no, no deja de llover.
Al final, como siempre tú llegas
y juntos paseamos besándonos
bajo el paraguas por las aceras.
La lluvia cae y ahora ella es,
nuestra amiga fiel.
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