14 oct 2016

EL VACIÓ DE MIS...



...MANOS
Contemplo el horizonte 
desde la ventana de mi aposento.

¡Llueve!, y el espacio ante mí 
se abre vacío y desangelado.
El silencio se escucha en él,
el silencio que hoy es su canto, 
el silencio lo rompe la lluvia 
con su triste canto.

¡Llueve! En el vasto campo, 
junto a un cardo seco
que se está mojando
veo una alondra vieja
que está silenciosa,
que hoy no está cantando.

¡Llueve! y está triste la alondra, 
como lo está el campo.
En el campo hoy se ven solo charcos 
del agua de lluvia que lo está lavando.

¡Llueve! Y el campo está solo, 
inerte, callado, 
está hoy vació tan solo en él se escucha 
el cantar la lluvia con su canto opaco.

Lo veo vació, (el espacio) 
como están mis manos,
escucho el silencio, 
que lo está ocupando.

Yo estoy callado, 
yo estoy vació, 
yo estoy triste, 
estoy muy apenado.

Desde que te fuistes,
estoy desolado, 
como lo está el campo.

Hoy todo lo veo pequeño, 
yo que soy un grano. 
Un humilde grano de mostaza 
en un vasto campo.

El horizonte que veo tras los ventanales 
que tiene mi cuarto, 
es un fiel reflejo de mí y de mi animó.

Mis manos, mi corazón, mi alma hoy;
están tan vacíos, como lo está el campo.


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