6 nov 2016

LA MELANCOLÍA DE...



... LA LLUVIA EN EL INVIERNO.
¡Llueve! 
Llueve sobre la ciudad, 
las calles vacías,
los parques muy solos
sin la algarabía 
de niños jugando, 
de hojas caídas,
de aves que vuelan, 
que trinan, que pian, 
de hierba segada, 
olor que embriaga
de suave brisa 
que la transportaba.
La tarde que acaba. 

¡Llueve! 
Sobre los campos tristes, 
reciben la lluvia co risa callada.
La lluvia que cae sobre tierra fría, 
sobre arboledas de hojas ya limpias, 
sus troncos y ramas desnudas
parecen fantasmas
en la tenue penumbra de la tarde 
que ya se marchaba.

¿Llueve! 
Y los gorriones ahora se cobijan 
bajo los aleros de las grandes fincas, 
y buscan las migas de las barbacoas, 
de las cocinillas, bocados de pan
que están escondidos por esas esquinas.

En el limonero del jardín ajeno 
que hay en una esquina, 
he visto a un jilguero 
que se protegía del fuerte aguacero 
debajo de una hoja 
muy verde y muy tersa de aquel limonero 
que tras de la verja se asoma a la calle 
donde tú paseas y él no es ajeno.

¡Llueve! 
Y me desespero al ver la calle muy sola
solo recorrida por el aguacero, 
no te veo venir y es, que está lloviendo.

¡Llueve! 
La tarde es sombría se vierten los cielos, 
las calles mojadas, la gente corriendo, 
se vacían los cielos del agua divina
en los aguaceros. 
Y es que está lloviendo.

Hoy las gentes ya no se saludan, 
si no es con un gesto,(caminan corriendo)
hoy no hay en el parque los niños jugando, 
ni perros corriendo y obedeciendo 
la voz de su amo.
Solo, solo la lluvia cayendo y corriendo 
hacia los albañales del negro subsuelo.

¡Llueve! 
Y me desespero mientras que te espero 
y es que está lloviendo.
La melancolía de la lluvia fría 
que está cayendo invade mi mente,
mi animo, mi cuerpo...

¡Llueve! 
Y esta, tu obligada ausencia 
me llena de melancolía 
y obnubila mi mente y mis sueños. 

Y es que está lloviendo y me desespero.

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