11 ene 2017

LEVÁNTATE AMOR MÍO



QUE YA LLEGÓ LA MAÑANA.
Era una mañana de invierno
en que el sol se levantaba 
entre las nubes y brumas
que adornan las montañas.
Era una mañana de invierno 
que a la primavera esperaba.

El cielo estaba gris
la bruma se despertaba, 
las flores en las macetas 
bostezaban, bostezaban.

¡Y tú aún amor mío!, 
en la cama tú estabas.
¡Levántate! Mi princesa 
que ya llego la mañana, 
que la bruma no se marcha 
mientras no vea tu cara.

¡Levántate, amor mío! 
Ya las estrellas se marchan 
y se van llorando ellas 
por no haber visto tu cara.

¡Levántate! Para que el sol 
pronto salga, salga, salga 
y se despierten los campos 
y las besanas tan pardas 
y las aves de los cielos 
batan al aire sus alas.

Despiértate amor mío 
que la luna ya se marcha 
y yo me marcho con ella
que ya las horas se pasan.

La bruma se alejó 
despejando las montañas,
las estrellas se ocultaron 
tras la luz de la mañana, 
el campo se despertó 
con el roció en su cara, 
y las besanas mostraron 
sus surcos rectos al alba.

Y el sol subió y subió 
dejando tras si las montañas 
en esa mañana clara
en que se aleja el invierno
y es la primavera el ama.

El invierno poco a poco 
se alejaba se alejaba 
y la primavera muestra
su verdor y su color 
en los campos, en las flores, 
en los brotes en las ramas,
en las fuentes y los arroyos
que alegres ellos cantan.

Por tu ventana entró el sol. 
El sol que a la primavera llama.

Levántate amor mío 
mira que las horas pasan 
y la bruma ya marchó, 
dejo limpia las montañas
para que las bañe el sol
c0n su mirada tan clara.

El invierno ya se aleja
y la primavera está
llamando a tu ventana.

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