QUE YA LLEGÓ LA MAÑANA.
Era una mañana
de invierno
en que el sol se
levantaba
entre las nubes
y brumas
que adornan las
montañas.
Era una mañana
de invierno
que a la
primavera esperaba.
El cielo estaba
gris
la bruma se
despertaba,
las flores en
las macetas
bostezaban, bostezaban.
¡Y tú aún amor
mío!,
en la cama tú
estabas.
¡Levántate! Mi
princesa
que ya llego la
mañana,
que la bruma no
se marcha
mientras no vea
tu cara.
¡Levántate,
amor mío!
Ya las
estrellas se marchan
y se van
llorando ellas
por no haber
visto tu cara.
¡Levántate!
Para que el sol
pronto salga,
salga, salga
y se despierten
los campos
y las besanas
tan pardas
y las aves de
los cielos
batan al aire
sus alas.
Despiértate
amor mío
que la luna ya
se marcha
y yo me marcho
con ella
que ya las
horas se pasan.
La bruma se
alejó
despejando las
montañas,
las estrellas
se ocultaron
tras la luz de
la mañana,
el campo se
despertó
con el
roció en su cara,
y las besanas
mostraron
sus surcos
rectos al alba.
Y el sol subió
y subió
dejando tras si
las montañas
en esa mañana
clara
en que se aleja
el invierno
y es la
primavera el ama.
El invierno
poco a poco
se alejaba se
alejaba
y la primavera
muestra
su verdor y su
color
en los campos,
en las flores,
en los brotes
en las ramas,
en las fuentes
y los arroyos
que alegres
ellos cantan.
Por tu ventana
entró el sol.
El sol que a la
primavera llama.
Levántate amor
mío
mira que las
horas pasan
y la bruma ya
marchó,
dejo limpia las
montañas
para que las
bañe el sol
c0n su mirada
tan clara.
El invierno ya
se aleja
y la primavera
está
llamando a tu
ventana.
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