LA DICHA DE NACER EN UN EDÉN.
Yo nací una
mañana
cuando el sol
del mes Julio
ya daba sombra
al alba.
Nací a la cepa
de un olivo
que su fruto ya
mostraba
entre sus hojas
de plata.
Nací a la
orilla del Ambroz
que una nana me
cantaba
mientras
sereno, él caminaba.
Yo nací y mis
ojos contemplaron
los huertos,
prados y montes
donde las
encinas son reinas
y alcornoques
sus consortes.
Nací en el valle
del Ambroz
que gran
belleza esconde,
en sus aguas
cantarinas,
sus umbrías y
sus bosques,
en sus dehesas
de encinas,
salpicadas de
alcornoques,
olivos en
formación
tan altivos y
tan nobles.
La ribera del
Ambroz es el edén,
dónde los
sueños se esconden.
Aquí canta en
las noches
el
ruiseñor
y las alondras
al albor
canta el
jilguero cantor
huele a
albahaca, a romero
a madreselva,
lavanda
en sus campos y
en sus pueblos.
Fue aquí donde
nací
una mañana al
alba
cuando el sol
del verano
hacia sombras
al alba
y veranean lo
sueños
bajo los
puentes de piedra
viendo bañarse
al sol en
los remansos
serenos.
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