14 jun 2017

AQUEL NUESTRO...

...PARQUE
He vuelto al parque aquel 
donde por última vez te vi partir
para nunca más volver.
No, no volviste la cabeza no,
no miraste hacia atrás 
y seguiste tu camino 
sin volverte a mirar.

Yo sentado en el banco 
donde tanto nos amamos,
tan solo te vi partir, 
alejarte de mi lado.
Entre setos del jardín 
te fuiste difuminando.

Las sombras del caer de la tarde 
poco a poco se adueñaron 
de aquel nuestro triste parque.
La tarde caía rápidamente
caminando hacia adelaante.

La oscuridad con sus sombras
reinaba ya en el parque,
y yo quedé en la sombra 
sin saber si levantarme 
o llorar allí mis penas.

Las aves volvieron al dormidero 
y entre frondosos magnolios
se escuchaba la algarabía.
La alegría de gorriones 
de jilgueros de los tordos
al terminar otro día.

Las sombras del parque
se mostraban más cercanas
y con un gesto de cariño 
cubrió el rictus de mi cara.  

Una farola cercana 
me bañó con su luz generosa 
y me dijo con cariño que siempre; 
la luz supera a las sombras.

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