...PARQUE
He
vuelto al parque aquel
donde
por última vez te vi partir
para
nunca más volver.
No,
no volviste la cabeza no,
no
miraste hacia atrás
y
seguiste tu camino
sin
volverte a mirar.
Yo
sentado en el banco
donde
tanto nos amamos,
tan
solo te vi partir,
alejarte
de mi lado.
Entre
setos del jardín
te
fuiste difuminando.
Las
sombras del caer de la tarde
poco
a poco se adueñaron
de
aquel nuestro triste parque.
La
tarde caía rápidamente
caminando
hacia adelaante.
La
oscuridad con sus sombras
reinaba
ya en el parque,
y
yo quedé en la sombra
sin
saber si levantarme
o
llorar allí mis penas.
Las
aves volvieron al dormidero
y
entre frondosos magnolios
se
escuchaba la algarabía.
La
alegría de gorriones
de
jilgueros de los tordos
al
terminar otro día.
Las
sombras del parque
se
mostraban más cercanas
y
con un gesto de cariño
cubrió
el rictus de mi cara.
Una
farola cercana
me
bañó con su luz generosa
y
me dijo con cariño que siempre;
la
luz supera a las sombras.
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