27 jun 2017

EL VERANO HA REGRESADO

... MAS TÚ QUIZÁS NUNCA VUELVAS.
Hoy ha retornado el verano, 
aquel que un día se fue
por el sendero escondido
para más tarde volver.

El verano, de nuevo ha vuelto 
ha vuelto a recorrer los caminos,
esos caminos andados 
por los que un día los tres fuimos 
buscábamos nuestro destino.
Destino; 
que solo alguno encontramos
y que algunos lo perdimos.

Hoy, los caminos son los mismos, 
pero todo es muy distinto.
Los caminos están muy tristes, 
esos senderos perdidos 
entre montes y cortijos,
entre valles y barrancos
cubiertos por los quejigos,
por las zarzas y los espinos.

Senderos por los que 
muchos días fuimos, 
y otros tantos nos volvimos.

Los senderos son los mismos, 
con sus cambrones de espinos, 
con sus pinos que dan sombras, 
con sus almendros heridos,
con sus olivos sedientos 
con el polvo del camino 
cabalgando en sus hojas.

Los caminos son los mismos, 
pero otros son los sentimientos 
que caminan hoy conmigo.

El verano una vez más, 
ha regresado, 
pero esta vez tú con él, 
tú con él no has llegado.

La noche cae suavemente 
sobre la rada tranquila 
y una luna retraída 
se baña en sus aguas claras.
La luna no lleva enaguas, 
ni lleva bata de cola, 
cubre su cuerpo de plata 
con algas y caracolas, 
con estrellas de la mar 
y arenas de coral
y la luz de un gran fanal
que alumbra en la costa.

La luz de una farola 
que desde la atalaya alumbra 
ilumina a la luna solitaria
que se baña muy a solas 
en este mar de la calma.

Una palmera altanera 
que se recrea en la brisa 
que de Poniente le llega, 
respira y se deleita 
con aromas de otras tierras, 
tierras lejanas e ignotas 
de las que oyó hablar 
a las enormes ballenas
que lejos ve resoplar.

El verano ha retornado, 
mas tú con él no has llegado 
y quizás nunca más vuelvas 
aunque yo siga esperando.

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