LA LLUVIA ES; EL NECTAR DEL ALMA.
Miro
al cielo y sobre mí cara caen,
lágrimas
del cielo que traen
alegría
a los campos
felicidad
al alma.
El
ambiente se llena de aromas
que
embriagan,
aromas
a tierras mojadas.
Aromas
que vuelan en las alas
de
la brisa que baja
desde
las tierras altas.
La
gente corre para guarecerse
de
la lluvia,
las
palomas se posan en los aleros
de
las casas altas
desde
sus miradores contemplan
las
calles y aceras mojadas.
Un
solitario petirrojo está posado
en
la rama baja
de
un rosal que muestra con orgullo
la
más linda rosa, una rosa blanca
que
en sus tersos y pulidos pétalos
nos
muestra
las
gotas de lluvias que son;
dulces
y transparentes lágrimas.
¡Llueve!
Y
el cielo está cubierto de nubes
y
cubierto de nostalgia nuestras almas.
Las
lluvias de otoño son; la dulce savia
que
recorre las venas de los vastos campos
y
nos colma de nostalgias de vida
nuestras
almas.
La
lluvia es, la sangre de la vida
y
el néctar de las almas.
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