ERES LA NOCHE Y EL DÍA.
Eres
tú,
la
oscuridad de la noche
y
la luz de la mañana,
Eres
tú,
la
lluvia fina de marzo
que
se recrea en mi cara,
en
esos días plomizos
de
primaveras tempranas
cuando
bajan los arroyos,
alegres
por lo que cantan.
Eres
tú,
la
espesura de los bosques
y
el verdor de las sabanas,
la
blancura de las nieves
que
se abrazan las montañas.
Eres
tú, canto rodado
con
el que juegan las aguas
de
impetuosos rabiones
que
corriendo ríen y cantan.
Eres
tú, rayo de sol
que
atraviesa mi ventana
juega;
con las moléculas de polvo
que
mora dentro de mi casa.
Eres
tú,
el
fragor de la tormenta
en
las tardes sofocadas
de
un verano que se marcha,
de
un otoño que aún no llega,
aunque
lo anuncien las ramas.
Eres
tú,
el
silencio absoluto
que
dormita en mi casa,
el
silencio que hay en mi
cuando
tú ausencia se palpa.
Eres
tú,
los
colores de un otoño
que
cuelgan de altas ramas
con
las que bailan las brisas
de
la tarde que ya marcha,
los
colores juveniles
de
primaveras logradas.
Eres
tú; de las estaciones,
su
dama.
Eres
tú,
la
sonrisa de la fuente
cuando
te ofrece su agua.
Eres
la noche y el día,
la
oscuridad y la aurora,
eres
la brisa del aire
y
de la lluvia su boira.
Eres
la música dulce
de
un violín que canta y llora,
eres
voz de la bandurria
cuando
se toca una jota.
Eres
sonrisa y llanto,
eres
pena y alegría,
eres
la luz de un lucero
que
anuncia el nuevo día,
eres
la estrella que aún brilla
cuando
se asoma la aurora
que
anuncia un nuevo día.
1 comentario:
Tan delicadamente hermoso, como el anterior.
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