30 ene 2018

EL NOMADA

ERRANTE.
He caminado por el erial 
de la desesperanza,
he errado sin rumbo fijo 
buscando la paz y el consuelo 
que nunca se alcanzan.

Buscando una sombra 
en un secarral donde llora 
el alma.
Buscando el amor, el consuelo 
y la esperanza. 
Buscando un pozo de agua 
que calme mí sed de amor, 
de cuerpo y de alma.
Buscando. Una esperanza

He caminado por dunas 
de ardientes arenas 
cambiantes y extrañas, 
por la soledad y el desconsuelo, 
la duda, la pena, el llanto
silencio y dolor de mi alma. 

He atravesado lagos de sal 
donde los sueños se ciegan,
donde caminan errante
los amores malogrados,
los sueños nunca soñados
y los planes olvidados.  

He vagado sin rumbo fijo 
por el valle de la pena, 
del dolor y la tristeza.

He llorado en la soledad 
y en silencio 
para que nadie me ollera, 
donde se lloran los sueños
los sueños que son quimeras, 
donde te das cuenta que; 
que ya nada es lo que era.

Mi vivir es el de un nómada
que no tienen quien lo quiera, 
no tiene casa ni arraigo,
no tiene patria ni tierra,
no tiene una puerta que sea suya 
y cerrarla o abrirla 
cuando él quiera.

Duermo bajo un dosel 
que está tejido de estrellas, 
también duermo en un portal 
cuando la gente me deja 
o bajo un puente 
del que el agua ya se aleja.

Soy esa hoja caída en otoño
que el viento con ella juega.

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