17 jun 2018

VÍA DE LA PLATA. SEVILLA - ALMADÉN

Era aún noche cerrada 
y a pesar de ello,
Triana lucia, el Cachorro abierto,
el Guadalquivir dormía, 
la luna llena parecía reír 
al ver las estrellas
bañarse en el río que hacían hervir.

Santiponce se desperezaba, 
Itálica descansaba tendida en su loma.
Las tierras de pan parecen baldías 
tan tristes y tan solas, solo se mecían
las cañas dormidas que esperan la aurora.

Guillena aún dormita en suave loma, 
Virgen de la Granada su linda patrona, 
ella se encuentra encerrada y sola.

Descanso un momento mientras que la rezo 
y ella le pido que realidad sean 
mis ilusiones y también mis sueños.
De Guillena contemplo sus blancas casas 
y sus monumentos.

Sigo mi camino entre olivares 
nuevos naranjales cargados de frutos 
vastos retamales que esperan su turno
para desbastarles.
Dehesas de encinas viejas con sus cicatrices, 
dehesas con sus herbazales en todos sus valles
donde pastan vacas con sus recentales.

Castilblanco que bien encontrarte, 
descanso un momento y pienso en Cervantes, 
en aquel momento que él quiso encumbrarte.

Sigo mi camino, andando adelante, 
es el negro asfalto mi acompañante.
Después de tres horas de tanto mirarle, 
después de tres horas de hablarle y hablarle, 
yo le digo adiós, adiós e intento olvidarle.

Parque del Berrocal.
Bendito encontrarte, edén del camino, 
oasis y gloria para el caminante.
Camino despacio, te miro, te miro, 
quiero desnudarte y que tu belleza 
mi espíritu impregnase.
Quiero, con toda tu belleza, quedarme, 
quedarme y nunca olvidarte.

Al final del parque, cuando el se acaba 
el Calvario sale para saludarme 
y para exigirme que debo pagarle.
Calvario, yo me enfrento a ti 
con calma y coraje y sin acritud 
pienso dominarte.
Una vez vencido y no derrotado 
el duro Calvario 
Almadén me abre, me abre sus brazos
para recibirme, para abrazarme.

Almadén me recibe, me acoge en su casa 
y en ella mi cuerpo descansa, descansa 
de la caminata.

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