...EN LA OSCURIDAD.
He visto a las nubes cabalgando
a la grupa de los vientos
que por el edén galopan.
He visto que el sol nunca se
detiene
en el camino que va hacia la aurora.
El sol nunca, nunca se detiene
tampoco le invade la impaciencia.
He visto que las noches es el
destino
de la frugal amanecida de las horas,
que llega en las auroras de los días
y después sin remisión se desmoronan.
Las horas pasan silenciosas
en el reloj que de la torre
que la plaza muestra.
He visto aquel reloj de la torre
que dando las horas sueña
impasibles y ajeno a todo,
a todo lo que allí suceda.
Las sombras se deslizan
hasta su coche,
aparcado está junto a la esquina
que espera solo a que llegue
y con su llave le den vida.
En el reloj de la plaza
dieron las seis de aquella tarde,
mas, la tarde siguió su camino
adelante.
El sol se resbala hacia el ocaso,
va buscando un rincón
dónde quedarse.
Y yo te sigo esperando
en la esquina de la calle,
en la esquina donde tú y yo
siempre esperamos.
En la esquina de la calle
que un día nos encontramos,
en la esquina que tú y yo
un día hablamos.
La tarde se desliza hacia el ocaso,
las sombras todo lo hacen suyo,
todo lo van ocupando
y yo sigo, te sigo esperando
y tú tardas y te demoras.
Las sombras de la noche
todo lo va ocultando
y yo sin ti vivo en la penumbra
yo sé, que tú me has olvidado
y que las sombras todo lo ocultan.
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