...EL AGUA EN MIS MANOS.
Te
sentí deslizarte entre mis brazos,
cual
jabón con el que me estoy lavando,
al
apretarlo para retenerlo
se
va resbalando, resbalando, resbalando...
Te
deshiciste de mi abrazo suavemente,
y
huiste de mi lado sutilmente,
huiste,
de mis caricias tiernas,
de
mis brazos fuertes, de mis dulces besos,
que
dicen; quererte, quererte, quererte...
No
sé por qué tú me estás rechazando,
no
sé porqué,
si
no te he dado motivo alguno,
ni
una queja tú, de mí has tenido.
¿Dime,
por qué ha sido?
¡Déjame!
Que te muestre todo mi cariño,
déjame
que te lo muestre con abrazos
y
mimos,
con
besos, caricias y estando a tu lado.
pues
soy como un niño que está enamorado.
Déjame
que te hable de mis alegrías,
déjame
que también te cuente
mis
sueños, ilusiones, mis penas
y
desdichas.
Háblame
de ti, cuéntame tus cosas
que
quiero escucharte,
que
quiero ser parte de ti amándote.
¡No!
No me rechaces y si algo de mi a ti te incómoda,
quiero yo decirte que yo solo vivo
para
hacerte feliz, quererte y enamorarte.
Cuéntame
tus cuitas, hazme a mí participe,
de
tus alegrías, de tus ilusiones,
de
todos tus sueños, penas y temores.
¡No!
Tú no me rechaces si en verdad me quieres,
que
yo solo quiero ser ese libro abierto
en
el que cada noche puedas tú leerme.
Lo que
yo quiero, lo que yo pretendo,
que
todos nuestros sueños, sean un solo sueño.
Sentí
deslizarte de entre mis brazos
cómo
se desliza el agua en mis manos...
1 comentario:
Hola mi querido amigo.
Le doy gracias al cielo porque ya puedo leer toda la hermosura de cada uno de tus versos, de tus poesías. Gracias, por regalarnos, tanta belleza y tanta ternura.
Siempre te recuerdo, Eva.
Publicar un comentario