CONFINAMIENTO.
Era la noche oscura
sus sombras todo escondía,
la oscuridad envolvía
lo que mostraban los días
en los espacios vacíos
de una ciudad que dormía.
La ciudad con su silencio,
en su silencio sufría.
La ciudad en si misma se escondía
en sus casas, por el temor que sentía
sólo al silencio abría las ventanas
su bocas que la traían
el hálito que da la vida.
La soledad se escondía,
las miserias se mostraban.
El silencio acompañaba
a esas calles vacías
que solo por ellas andan
el silencio y la templanza
la luz de cada día
y el miedo a la Parca.
En esos días callados
solo la luz invadía,
las aceras, avenidas,
las plazas, parques, alamedas
las solitarias glorietas
y en los jardines se olía
a rosas y a hierbabuena,
a hierba fresca crecida.
La brisa que con su jadeo
todo el jardín envolvía.
Y por las noches;
la penumbra y el silencio,
el miedo a no ver otro lucero.
Mas yo desde mi balcón
confinado por decreto
contemplo el paso del tiempo,
ahora sí;
en el más de los profundo silencios.
Callo y grito al mismo tiempo,
y espero oírme el eco
de mi voz lanzada al viento.
Pero el eco no responde
a mi profundos lamentos.
Sigo encerrado mientras espero
a que pasen estos tiempos.
1 comentario:
QUERIDO AMIGO:
QUE LINDO... QUE BELLO... ESTAS ESCRIBIENDO. fELICITACIONES.
LLEGAS AL ALMA Y LLENAS EL CORAZÓN, DEL QUE TE LEE DE RECUERDOS Y TAMBIÉN... DE ESPERANZAS.
UN GRAN ABRAZO, tU AMIGA DE SIEMPRE.
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