que un día tú y yo vivimos,
recordando aquellos sueños,
que nunca realidad hicimos.
Momentos vividos intensamente,
momentos que
nunca olvido.
Fueron aquellos momentos
que un día los compartimos
y esos días fueron nuestros,
nuestro; porque juntos los vivimos.
Y aquellos sueños,
sueños que un día soñamos,
sueños que nos prometimos
hacer realidad los sueños,
los sueños que compartimos
y que un día olvidamos
pues en ellos, no creímos.
Por las tardes yo me siento
en el porche de mi casa
y contemplo el camino,
ese camino tan corto
donde un día tú y yo
sin quererlo nos
perdimos.
Tú cogiste un atajo,
yo la senda junto al río
esperando que un día
nuestros senderos cruzasen
en el devenir del destino.
El camino junto al río
se entretuvo rodeando
sus infinitos meandros,
cual laberinto escondido
y cuando llegué al atajo
que tú habías seguido,
tú cansada de esperar
tu camino habías seguido.
No dejo yo de mirar
el camino junto al río
por si me vienes a buscar,
por creerme a mi perdido.
Los caminos que juntos
se han de andar
hay que seguir siempre el rumbo fijo,
pues cuando quieres atajar
el camino no es el mismo.
Son; caminos divergentes,
con divergentes los destino.
1 comentario:
MI QUERIDO AMIGO. ¡COMO TE EXTRAÑO!
¡POR FIN PUDE ENTRAR AL BLOG! ¡QUE COSA, COMO ESTA DE DIFÍCIL! BUENO YA SE DE TI ALGO. COMO SIEMPRE, ESCRIBIENDO MUY HERMOSO Y YO, BREGANDO APRENDER DE UN GRAN MAESTRO.
RECIBE MI CARIÑO Y MI RECUERDO, CUÍDATE MUCHO Y SIGUE ESCRIBIENDO ASÍ DE LINDO.
TU AMIGA, UN ABRAZO MUY GRANDE, EVA
Publicar un comentario