Hola hijo mío, como te encuentras,
esperamos y deseamos que feliz tú seas
mientras pacientemente solo esperas,
a ese reencuentro que siempre acecha
que no tiene fecha fija pero siempre llega.
Hola David cuanto, a todos nos cuesta
acostúmbranos a tu, obligada ausencia.
Nuestro subconsciente siempre espera
que de un momento a otro tú aparezcas
como el roció encima la hierba
que en el silencio y sin que lo vean
adorna con finas y sublimes perlas
las rosas más lindas, la más verde hierba
dando a los campos esa gran belleza.
Intentamos y luchamos por adecuarnos
a esta usanza nueva,
donde tú ya no estás. Obligada ausencia.
Que dejo tras ella ese gran abismo
que tanto y tanto a nosotros cuesta
el poder obviarlo y superarlo
y que no interfiera en esta savia nueva.
muy difícil intentar seguir adelante
en esta realidad nueva
En esta nueva vida en que tú no estás
desde tú partida en la tarde aquella.
Ahora tú tienes en nuestros corazones
un pequeño altar donde nos animas
y tú nos das fuerzas, hablas con nosotros
y nos animas con sabias razones.
Mientras en nuestras mentes esas sensaciones
de penas, tristezas, dolores y rabia
por las sinrazones e incomprensiones.
David hijo mío no nos abandones
y desde donde estés se siempre tú fuerte
pues necesitamos que tú con nosotros
estés siempre, siempre.
por hoy y por siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario