HABLANDO CON DAVID 2024- XXXV

Hola David:
¿Cómo te encuentras hoy?
Nosotros esperando con ansia 
que llegue pronto mañana 
para tener con nosotros,
ese rayito de sol 
que entre las nubes se escapa 
y con su luz y su sonrisa 
con su carita de nácar ilumine
nuestra muy triste morada.

Eras tú ese lucero 
que traías la alegría 
e iluminabas la casa. 
Eras tú con tu hermano, 
los que, 

aunque pasasen los años
erais nuestra alegría,
y también nuestra esperanza.

Pero un día 
sin que nadie lo esperara 
te marchaste aquella tarde 
quedándonos desvalidos

sin saber dónde encontrarte,

dónde hoy está tu casa.

Sé que te obligaron a ir, 
que borraron tras de ti 
del sendero tus pisadas
Que no pudimos seguir, 
porque por ese camino 
a nadie se le acompaña.

Mucho te debió costar 
el dejarnos aquí muy solos,
y sin ninguna esperanza 
de volverte abrazar, 
de besar tu linda cara, 
de poder contigo hablar, 
de quererte físicamente
con todo el mucho amor 
que en nuestros corazones
se atesora y se guarda.

Desde el día en que te fuiste 
el tedio se acomodó en nuestra casa, 
por una fina rendija
huyeron aquella tarde;
las sonrisas, las ilusiones,
las ganas de vivir,
las esperanzas de nada.

Solamente todas ellas,
se encuentran en nuestra casa 
cuando en ella entra, 
ese pedazo de cielo que es: 
ilusión y es alegría, 
son las ganas de vivir
es volver a la esperanza, 
de poderla acompañar
para que crezca feliz 
nuestra niñita del alma.

Gracias hijo mío, gracias, 
que si bien tú te has ido 
nos dejaste de tu parte 
un porqué seguir viviendo
un seguir hacia adelante 
para verla a ella crecer 
y tenerla a cada instante 
como queremos tenerte a ti,
al mirar a cualquier parte

sin tenerte que buscar

pues te tenemos delante.

Ella es: la brizna de tallo verde
que en nuestro desierto crece.
Es ella la artífice que rehabilito
nuestro más humilde albergue
que en ruinas él se quedó 

en el momento de irte.

En ella; en Leize estáis los dos.

En ella; siempre estás tú muy presente.