HABLANDO CON DAVID 2024. XLII

Hola David:
El tiempo pasa y no para
y no quisiéramos por nada,
qué este pasar del tiempo
mis recuerdos obnubilara.
 
David.
Ha pasado ya un tiempo
desde que tú nos dejara
y el dolor ya no es tan fuerte,
la pena es más liviana.
Pero en nosotros perviven,
y cada momento de ti 

ambos nos dicen, nos claman.
En nosotros esa pena, ese dolor,

esa desesperación y rabia
de ti siempre nos hablan.
 
No podremos aceptar
que el sedante del tiempo,
que nos alivia y nos calma
tus remembranzas borrara.

Creo que será imposible 

que nuestra pena y dolor 

el tiempo sea el remedio 

para llegar a olvidarlas.
 
Dicen; 

que con el pasar del tiempo
todo se alivia y se allana.
No podemos ni queremos 

que ese caminar del tiempo

en tus recuerdos hollara.

 
Yo, te sigo añorando 

cual tiempo que no anduviera.
El tiempo nada me dice, 

tan solo ha suavizado el dolor 

aferrado en mis entrañas.
Los días pasan muy rápidos,
las noches si no te sueño,
son largas, largas muy largas.
 
Solo encontramos alivio,
cuando se inunda la casa
con las risas y los gritos

de ese lindo retoño
que corretea y no para.
Ella nos quita las penas,
ella borra los rictus serios

que endurecen las caras,
ella nos transporta a otros tiempos

dónde solo había sueños 

y las penas ausentes estaban.
 
La semana se hace larga
contando cada minuto
para ver que el tiempo pasa.
Los viernes llegan cargados 

de ilusiones y esperanzas 

de tener esta cosita tan linda 

que complementa la casa. 

 

David, el tiempo pasa 

pero el dolor y la pena

de tu ausencia está

enraizada en nuestros 

corazones y almas.