27 nov 2024

HABLANDO CON DAVID 2024-LXIX

Qué difícil es hablar 
cuando la pena te ahoga, 
cuando el dolor nos invade 
y el corazón llora y llora
añorando aquellos tiempos 
que nunca jamás retornan.
 
Es difícil el discernir 
si son luces o son sombras 
las que en nuestras vidas moran. 
Los sueños que son quimeras
en los que nos escondemos
para poder liberarnos 
de las penas que tenemos.
 
No sé si son; nubes bajas
o nieblas lo que nos cubren
en estas noches de insomnio
en que penas y dolores,
simplemente fluyen, fluyen
y no encontramos remedios
para hacer que se esfumen.
 
El tiempo se va y no vuelve, 
del almanaque sus hojas 
se desprende al mirarlas
y yo tengo la esperanza
de volver a oír tu voz
cuando me hablas, me hablas.
 
Mañana cuando amanezca. 
Mañana será otro día 
en que las penas abrasan 
y en el corazón anidan.
Mi alma es más debil,
cada día, cada día.

Cuando todo es oscuridad.
Cuando no queda esperanza.
nuestra casa la invade 
ese rayito de sol, 
que todo ilumina y cambia.

Lo cambia con su sonrisa 
que llena toda la casa,
Con su dulce y tierna voz 
que dice medias palabras. 
Palabras qué solo entiendes,
si la miras a la cara.

Nuestra casa se ilumina.
Nuestras penas y dolores 
si no se curan se acallan.
Y me siento tan feliz viendo
a Leize y su amama,
su complicidad, sus besos,
sus abrazos, sus palabras...
 
Leize es el rayo de luz
que nos llena de esperanza 
que ilumina nuestras vidas, 
que restaña las heridas,
que nuestro dolor acalla.
Que llena los corazones 
de ilusiones y esperanzas.

David; hijo de mi alma,
cuanto te sigo añorando
ya no tengo más palabras
para seguirte yo hablando.
Solo me queda soñarte,
cada noche en mi cama. Te quiero.

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