Hola mi amor. Hola Aita mío.
Este es el saludo de dos corazones
que tanto te aman, te extrañan, lloran
y sufren tu ausencia.
Lloran tu partida esperan y sueñan
con que un día, un día tú vuelvas.
David el invierno una vez más
se encuentra a la puerta.
Con él llegan los días más cortos
los campos más tristes que visten
sus galas de lluvia, de frío, de niebla.
De melancolía y mucha tristeza.
De estos cortos días el frío se
adueña.
Queramos o no, minan nuestras fuerzas,
y llenan de nostalgia y mucha pereza
nuestros corazones y almas en pena.
Se ocultan las risas y surgen tristezas.
El vasto horizonte se acerca, se acorta
y el infinito ya está en nuestra puerta.
Lloran las canales que ya están despiertas
del sueño profundo que en el estío
creemos que se echan.
¡Quizás las
canales en verano duerman!
Las canales hijo mío, no lloran por ti,
lloran porque la lluvia a ellas las despierta.
Dejemos que lloren por todos aquellos
que un día se fueron y quizás no vuelvan.
David hijo mío,
en esta estación en el que el
frío, la nostalgia,
la hipocondría, el dolor las penas
y la oscuridad reinan y gobiernan.
Tú estás
presente, brillas cual estrella.
Cariño
mío. Aita mío. Este es el saludo
de tu madre y tu hija cuando
se despiertan.
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