Buenos días hijo mío.
La soledad te envuelve
cuando uno se despierta
y no escucha un ruido,
la casa está sola y quieta.
Mi casa si tú no estás,
mi casa está desierta.
Que inmenso es nuestro hogar
desde el día en que te fueras,
que pequeño era nuestro piso
cuando gozábamos de tu
La soledad te envuelve
cuando uno se despierta
y no escucha un ruido,
la casa está sola y quieta.
Mi casa si tú no estás,
mi casa está desierta.
Que inmenso es nuestro hogar
desde el día en que te fueras,
que pequeño era nuestro piso
cuando gozábamos de tu
ansiada presencia.
Ahora nos sobra el espacio,
ahora en él, el silencio se acomoda,
junto con la soledad,
con los llantos y las tristezas.
David, cuantas cosas han cambiado.
Nuestra vida no es la misma,
nuestra vida ahora es otra.
En ella estamos perdidos
en ella no nos hallamos,
nos faltas tú hijo mío,
Ahora nos sobra el espacio,
ahora en él, el silencio se acomoda,
junto con la soledad,
con los llantos y las tristezas.
David, cuantas cosas han cambiado.
Nuestra vida no es la misma,
nuestra vida ahora es otra.
En ella estamos perdidos
en ella no nos hallamos,
nos faltas tú hijo mío,
tu
presencia añoramos.
Tu ser todo lo llenaba,
cuando tú estabas en casa
Tu ser todo lo llenaba,
cuando tú estabas en casa
la armonía era completa.
Donde
quiera que estemos,
buscamos de ti todas las referencias
que nos ayudan a seguir
en esta vida que no es;
Vivimos de los recuerdos
en ellos tú siempre estás
en ello te encontramos
sin tenerte que buscar.
Cariño a esta vida,
nos tendremos que adaptar.
Un abrazo hijo mío
me gusta contigo hablar
pues cuando hablo contigo
en ti siempre encuentro,
la esperanza y la paz.
me gusta contigo hablar
pues cuando hablo contigo
en ti siempre encuentro,
la esperanza y la paz.
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