Hola David hijo mío.
Hoy he soñado,
que impaciente despertaba
esperando tu llamada.
Tú siempre fuiste cada año
el que, el Día del Padre
Hoy he soñado,
que impaciente despertaba
esperando tu llamada.
Tú siempre fuiste cada año
el que, el Día del Padre
primero a mi me llamaba.
He esperado impaciente
esperando, a que el teléfono sonara.
Y cuando me he despertado
la pena a mí me embargaba,
pues hoy no. No hijo mío,
tú llamaba no llegaba
y mi corazón de padre
en mi pecho se agitaba.
esperando, a que el teléfono sonara.
Y cuando me he despertado
la pena a mí me embargaba,
pues hoy no. No hijo mío,
tú llamaba no llegaba
y mi corazón de padre
en mi pecho se agitaba.
Es el primer Día del
Padre
que no recibí tu llamada.
Siempre cariñosa y alegre
siempre simpática, desenfadada.
que no recibí tu llamada.
Siempre cariñosa y alegre
siempre simpática, desenfadada.
Pero a pesar de todo
ello
y aunque la pena y el dolor
llenan mi corazón y mi alma
yo quiero a ti enviarte
esa felicitación
y aunque la pena y el dolor
llenan mi corazón y mi alma
yo quiero a ti enviarte
esa felicitación
que
a mí de ti hoy me falta.
A ti, quiero yo felicitarte
que fuiste lo que
tanto deseabas;
Ser padre.
Y esta vida tan ingrata
te negó la dicha del
poder
tú disfrutar
del estatus de ser padre
que, con orgullo y alegría
felicidad y amor tú llevabas.
Ser padre a ti te
encantaba.
Ser padre de esta
pequeña
que con su alegría y simpatía
a todos nos hipnotiza,
nos suaviza nuestras penas
y nos llena de alegría.
Cuando ella sea
mayor,
cuando entienda un
poco
los significados de
la vida
y domine las
palabras.
Ten por seguro hijo mío
que cada Día del Padre
desde su corazón puro
te felicitara con
todo su cariño
y te dará mil y una
gracias
por haber sido generoso
y magnifico.
David cariño mío:
Recibe esta cariñosa
y sincera
felicitación que del corazón
emana
y que en nombre de tu
hija
yo solo pongo estas humildes palabras.
“Felicidades aita” “Felicidades papá”
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