... VENDAVAL.
Muy cerca del
cielo
donde las nubes
y los montes se abrazan,
donde solo se
escucha el silencio que habla,
donde pacen
tranquilas la vacas
y anidan las
majestuosas águilas.
Allí, he oído
la música del viento
entre las ramas
de un viejo roble
que está triste
y muy solo en el linde
del Prado Alto
y el sendero
que llega al
corral.
Solo muy solo
el viejo roble está,
desnudo tiene
él sus ramas
tiene sus ramas
desabrigadas
y en su tronco
hueco y carcomido
se ven las
cicatrices de mil batallas
que un día
libró
contra el hacha
del leñador.
Él está triste,
mirando al cielo,
sus ramas
cuerdas del arpa son;
que toca el
viento y hacen sonar
como un lamento
la triste música
de un concierto
de soledad.
El roble y el
viento tocan un réquiem,
se está
muriendo el roble viejo
y como siempre
su compañero inseparable
del triste
invierno es; el frío viento,
viento del
Norte helado y seco.
El viento rasga
las burdas cuerdas
del arpa
vieja,
para que suene
la melodía de ese final
que está muy
cerca.
El viento
interpreta la melodía
que solo suena
en las desnudas ramas
del viejo roble
de la vereda.
Cerca del Prado
Alto donde tranquilas
pacen las
vacas
en el suelo
yace caído el roble viejo
y sus ramas
esparcidas
entre las
hierbas y el barro del camino.
El viento su
viejo amigo pasa hoy de largo,
no se
entretiene, no está su amigo,
su arpa,
cuerdas no tiene.
Buscando está
un roble viejo para tocar
un triste
réquiem por su amigo
que está
inerte, que está caído en el camino.
Que solo se
quedó el viento,
callado vaga
por los caminos
buscando un
viejo roble
que quiera ser
su nuevo amigo.
Que solo quedó
el Prado Alto
y la vereda que
va al corral
ya no se
escucha en los inviernos
la melodía del
vendaval.
1 comentario:
Querido amigo:
Estas triste. Los recuerdos de tiempos pasados han llegado a ti en estos últimos días de invierno y estas escribiendo como siempre, hermoso, pero con una melancolía muy marcada.
No te lo reprocho. Pero no te hundas en el dolor de lo que ya pasó. Es duro renunciar a esos días felices, pero también, es muy hermoso dejarlos ir. Como tuvimos que dejar ir a nuestros seres queridos.
Los cuatro últimos poemas, son precioso.
Pero recuerda, ya llega la primavera y debes florecer. Deja que ella, traiga a tu alma y a tus pensamientos, la felicidad y vive con ella, día a día, hora a hora, y sonríe.
Se feliz querido amigo. ¡Enamórate del amor, de la vida! Y que cada día, sea el primero de lo que te resta de vida y entonces, descubre, todo lo que la vida te ofrece.
Se feliz mi querido amigo. Ama y déjate amar. Aunque a veces, el amor también nos haga sufrir. Es un dulce sufrimiento que nos hace soñar y suspirar.
Un gran abrazo de tu amiga, Eva
(que no te tenía olvidado, pero sí, estoy con mucho, pero mucho trabajo)
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