10 mar 2016

LA MELODÍA DEL...


... VENDAVAL.
Muy cerca del cielo 
donde las nubes y los montes se abrazan, 
donde solo se escucha el silencio que habla, 
donde pacen tranquilas la vacas
y anidan las majestuosas águilas.

Allí, he oído la música del viento
entre las ramas de un viejo roble 
que está triste y muy solo en el linde 
del Prado Alto y el sendero 
que llega al corral.

Solo muy solo el viejo roble está, 
desnudo tiene él sus ramas
tiene sus ramas desabrigadas 
y en su tronco hueco y carcomido 
se ven las cicatrices de mil batallas 
que un día libró 
contra el hacha del leñador.

Él está triste, mirando al cielo, 
sus ramas cuerdas del arpa son;
que toca el viento y hacen sonar 
como un lamento la triste música 
de un concierto de soledad.

El roble y el viento tocan un réquiem, 
se está muriendo el roble viejo 
y como siempre su compañero inseparable 
del triste invierno es; el frío viento, 
viento del Norte helado y seco.

El viento rasga las burdas cuerdas 
del arpa vieja, 
para que suene la melodía de ese final
que está muy cerca.

El viento interpreta la melodía 
que solo suena en las desnudas ramas 
del viejo roble de la vereda.

Cerca del Prado Alto donde tranquilas 
pacen las vacas 
en el suelo yace caído el roble viejo 
y sus ramas esparcidas
entre las hierbas y el barro del camino.

El viento su viejo amigo pasa hoy de largo, 
no se entretiene, no está su amigo, 
su arpa, cuerdas no tiene.
Buscando está un roble viejo para tocar 
un triste réquiem por su amigo 
que está inerte, que está caído en el camino.

Que solo se quedó el viento, 
callado vaga por los caminos 
buscando un viejo roble 
que quiera ser su nuevo amigo.

Que solo quedó el Prado Alto 
y la vereda que va al corral 
ya no se escucha en los inviernos 
la melodía del vendaval.

1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Querido amigo:

Estas triste. Los recuerdos de tiempos pasados han llegado a ti en estos últimos días de invierno y estas escribiendo como siempre, hermoso, pero con una melancolía muy marcada.

No te lo reprocho. Pero no te hundas en el dolor de lo que ya pasó. Es duro renunciar a esos días felices, pero también, es muy hermoso dejarlos ir. Como tuvimos que dejar ir a nuestros seres queridos.

Los cuatro últimos poemas, son precioso.

Pero recuerda, ya llega la primavera y debes florecer. Deja que ella, traiga a tu alma y a tus pensamientos, la felicidad y vive con ella, día a día, hora a hora, y sonríe.

Se feliz querido amigo. ¡Enamórate del amor, de la vida! Y que cada día, sea el primero de lo que te resta de vida y entonces, descubre, todo lo que la vida te ofrece.

Se feliz mi querido amigo. Ama y déjate amar. Aunque a veces, el amor también nos haga sufrir. Es un dulce sufrimiento que nos hace soñar y suspirar.

Un gran abrazo de tu amiga, Eva

(que no te tenía olvidado, pero sí, estoy con mucho, pero mucho trabajo)